El caso de las fresas contaminadas por “hepatitis A” procedentes de Marruecos pone de manifiesto lo que los agricultores y agricultoras llevan días reclamando en las carreteras españolas, no se puede permitir la entrada de productos de países terceros que no cumplen con las mismas exigencias de calidad y seguridad alimentaria que se aplican en España. Llevamos muchos años con un cumplimiento exhaustivo de los requisitos necesarios para garantizar que nuestros productos no generan ningún tipo de problema para el consumo, son productos sanos, seguros y con una calidad excelente que compiten con productos que no cumplen esos parámetros y que además son más económicos.
Sabemos que para la UE la agricultura y ganadería no es una prioridad, pero aquí ya estamos hablando de la salud de los consumidores, ¿tampoco es prioritaria la salud para la UE? Y por supuesto, tampoco debe importarle el impacto económico que esto supone para el sector fresero, seguramente el consumo de fresas se retraiga, independientemente de su origen. Es por ello que ahora el sector se ve obligado a realizar campañas de defensa de su producto y de diferenciación del mismo respecto al de origen marroquí, hasta donde vamos a aguantar.