Ante la bajada de precios en origen impuesta por una de las mayores industrias lecheras de España, Lactalis Puleva, productores de leche vinculados a cooperativas ganaderas andaluzas han decidido tirar su producción antes de ceder a la presión de la industria y venderla a pérdidas.
Es el caso de 74 ganaderías vinculadas a la cooperativa Alba Ganaderos, que entre ayer y hoy tirarán cerca de 200.000 litros de leche en protesta a “la negativa de la industria de mantener un precio que salvaguarde la rentabilidad de las explotaciones de en torno a 55 céntimos”, explica Antonio Casas, gerente de la entidad.
Dada la imposibilidad de entregarla a Lactalis, almacenarla durante más de 48 horas o venderla directamente al consumidor por razones sanitarias, los ganaderos se han visto obligados a tirar la leche en sus explotaciones mientras buscan otras soluciones que eviten “este sinsentido”. Por el momento, los ganaderos de Alba Ganaderos han conseguido salvar -sin precio- 375.000 litros de leche que van a convertir en queso y han cerrado algunos acuerdos con otras industrias que les mantiene el precio y les permite conservar la competitividad por un tiempo, apunta Antonio Casas.
Si bien esta solución temporal no arregla la situación ruinosa que vuelve a vivir la ganadería láctea pese a la subida de precios experimentada en los últimos meses. La subida de un 30% en el lineal no se ha traducido en mayores beneficios para el productor y, de hecho, la leche de vaca es uno de los productos más tensionados por la inflación.
Como explica Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, a pesar de las ayudas recibidas, los ganaderos siguen soportando el efecto de la guerra en Ucrania en el precio de los cereales y el forraje para elaborar pienso para vacuno lechero, que se ha encarecido en sólo dos años más de un 130%, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Un coste que cada vez tiene mayor peso en la cuenta de resultados de los vaqueros como consecuencia de la sequía. La falta de precipitaciones ha provocado una menor disponibilidad de pasto y una pérdida en los cultivos forrajeros para abastecer las necesidades de los animales, por lo que los ganaderos han tenido que hacer un mayor aporte de alimentación suplementaria, lo que está provocando que este coste se haya multiplicado en los últimos meses. A todo ello hay que sumar la partida energética, que también ha mermado la rentabilidad de las explotaciones en los últimos meses.
Este cúmulo de pérdidas debilita un modelo de ganadería dimensionado, productivo, profesionalizado y de marcado carácter social como el andaluz. Así lo reflejan los datos. Entre los últimos cuatro años en Andalucía ha desaparecido cerca de un centenar de vaqueros, al pasar de los 513 que había al inicio de 2019 a los 419, al cierre de 2022. Además, en dicho periodo, la producción de leche ha descendido por encima de un 5%, hasta situarse en 2022 en 531.938 toneladas.
Frente a esta realidad, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía alerta de un cierre masivo de explotaciones de mantenerse en el tiempo la crítica situación. Por ello, la federación hace hincapié en la necesidad de reforzar la dimensión del sector lechero y en seguir concentrando la oferta para tener un rol más determinante frente a la industria y también ante la distribución. La federación insiste en que se trata de ganar cuota en el primer eslabón y tener mayor poder de negociación frente a los compradores.
Asimismo, la organización vuelve a reclamar mecanismos que salvaguarden el modelo ganadero español en momentos de crisis y urge la intervención de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), pues como ha quedado demostrado -y ya había advertido la federación- la Ley de la Cadena Alimentaria no tiene los efectos prometidos.
En conclusión, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía exige medidas que permitan mantener los precios en origen alcanzados en España, en consonancia con las cotizaciones de otros países productores como son Francia y Portugal, donde paradójicamente la industria sale a buscar la leche excedentaria cuando no puede abastecerse del mercado nacional.
En este sentido, la federación no comprende que la industria promueva una bajada tan drástica (de 9 céntimos) para las ganaderías andaluzas, explotaciones modernas y profesionalizadas que afianzan la población en las zonas rurales, que promueven una producción sostenible en todos los términos -económico, social y medioambiental- y que en la mayoría de los casos se estructuran bajo cooperativas, donde los beneficios se reparten entre la base social.